Según oscuras leyendas, cierta vez, una comunidad de incorregibles portegnomos, hizo asados utilizando como leña los parquets de sus flamantes departamentos.
Refieren las mismas fuentes la costumbre de estos sujetos, de convertir en maceteros las bañeras de las mencionadas viviendas
Se dice que, desde las profundidades que habitan, sólo perciben de nuestro mundo los cimientos y raíces.
Pálido reflejo de nuestra identidad, o silenciosos constructores de ella, los Portegnomos nos contemplan con su único ojo inquisidor, mientras añoran un pasado en el cual nos atrevimos a imaginar un destino propio.
"Sagrado Corazón de los Portegnomos" - Óleo - 1,80 x 1,20 mts.
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